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Foto del escritorGuillermo Flores

LO QUE EL PRI LE DEBE AL PAN

El Blanquiazul en Coahuila entró en debacle por las ambiciones particulares de sus líderes de antaño

Varios comentarios se han escuchado en los últimos meses sobre la inequitativa repartición de poderes políticos en Coahuila y que si existe una hegemonía total encabezada por el Partido Revolucionario Institucional, la cual no deja espacio a la disertación o contrapropuesta por parte de otras fuerzas políticas en el Estado. Lo anterior puede ser muy cierto, pero el cuestionamiento es ¿cuánto de esto se le debe al Partido Acción Nacional (PAN) y a las demás fuerzas políticas del Estado?

¿Qué ha pasado con el PAN en Coahuila?

Recuerdo muy bien el proceso electoral de 1996 donde Coahuila literalmente se pintó de azul. Los principales municipios del estado: Saltillo, Torreón, Monclova y Ramos Arizpe así como cinco municipios más fueron ganados por Manuel López, Jorge Zermeño, Harold Hal Pape y Ernesto Saro respectivamente. El Partido Acción Nacional había logrado posicionarse como la primera fuerza política del Estado y dirigir los destinos de más del 80 por ciento de la población coahuilense.

Por otra parte y por primera vez en la historia de Coahuila se vislumbra la figura de un Congreso del Estado con equilibrio de poderes, dado que durante el proceso electoral siete candidatos a diputados locales por el PAN habían resultados ganadores contra 13 por parte del PRI. Cabe hacer la mención que el coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en dicha legislatura, fue el hoy ex candidato a la Gubernatura de Coahuila, Guillermo Anaya.

Analizando la situación, no se podría distinguir un panorama más benévolo para el PAN. Dirigir las principales alcaldías del estado, un congreso de poderes equilibrados, un Gobernador del Estado, priista, no tan querido por la población y un Presidente de la República, Ernesto Zedillo, con bajos niveles de popularidad y un país en medio de una crisis económica.

¿Qué más podía pedir el PAN? “Tenía servido en charola de plata al Estado de Coahuila”.

Pero las disputas al interior del PAN por lo puestos de elección, la terquedad de sus integrantes de heredar los puestos públicos y su marcada lejanía con la sociedad, hicieron que lo que mucho esfuerzo les había costado “se tirara por la borda”.

Posterior a 1996, se han desarrollado cinco procesos electorales donde se han elegido 96 diputados locales, de esos el PAN ha logrado ganar nueve diputaciones locales, menos del 10 por ciento.

Durante el mismo periodo se han realizado cuatro procesos electorales donde se han elegido presidentes municipales. En total se han elegido 152 alcaldes de los cuales el PAN ha ganado 19 alcaldías y el PRD siete.

Mientras en 1996 el PAN obtuvo 36.75% de los votos para alcaldes, la cifra fue en un proceso decreciente llegando al 24.83 por ciento en el 2009.

Después de todos estos datos e información obtenida, es de pensarse como es posible que después de haber obtenido tan halagadores resultados en el proceso de 1996, el PAN en el estado haya pasado a representar una mínima fuerza de oposición para el partido gobernante.

El PAN hoy se queja de la falta de representatividad de diferentes opciones políticas y de que el Congreso del Estado se ha convertido en un firmante de los requerimientos de los gobernantes, pero mi pregunta es ¿Qué es lo que ha hecho el PAN para evitar esto?

El PAN en Coahuila entró en debacle por las ambiciones particulares de sus líderes de antaño. No fueron capaces de renovar sus cuadros y dar oportunidades a nuevas opciones políticas que brindaran a la ciudadanía alternativas diferentes de elección. Se obsesionaron con el poder y consiguieron convertirse en un partido de luchas internas.

El PRI mientras tanto aferrado a su viejo estilo, organizó sus fuerzas y fijó sus objetivos. No dio espacio a la disertación dentro de sus miembros y buscaron como único objetivo la recuperación de sus bastiones partidistas en el Estado.

Puedo asegurar que mucho de lo que hoy es el PRI se le debe a la desorganización de las demás fuerzas políticas del Estado en particular a los del PAN.

Parece que la historia reciente del PAN en Coahuila y algo de lo que se vislumbra pudiera suceder en el proceso electoral federal 2012, deja patente que el PAN es un excelente partido de oposición mas no un partido gobernante.

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