El Alcalde de la capital Coahuilense ha cumplido con su promesa
15 de septiembre del 2010 y siendo las primera horas de la madrugada, el buen amigo Jericó iniciaba su aventura en búsqueda de la alcaldía de Saltillo, sueño añorado por su padre y su abuelo. Bien conocido por su carácter dicharachero, amable y para algunos juguetón, el hoy alcalde encabezó una campaña electoral que privilegiaba la cercanía con la gente, aprendizaje heredado de su progenitores y sus guías políticos.
Bien recuerdo una de las frases que más llamo la atención y que considero más acorde a la realidad de nuestro estado, “no prometeremos mentiras, no haremos propuestas de cosas que no se pueden realizar”
Para muchos el paso de Jericó por la Alcaldía de Saltillo, tiene sus días contados. Muchos le ven perfil de Senador o alguna otra encomienda nacional. Algunas declaraciones suyas dejan lugar a la especulación, como la constante declaratoria del cumplimiento casi total de sus promesas electorales. Cosas que reclamar y muchas otras que reconocer, se llevará Jericó en caso de que ésta especulación se concrete.
Su ritmo de trabajo es invariable. Ignorante permanente del cansancio, son escasos los días en que su jornada de trabajo inicia con posterioridad a las seis de la mañana y en que la cama que comparte con su adorada Bertha lo atrapa por más de ocho horas. Son muchas las anécdotas de sus subalternos, que se han vuelto visitantes asiduos de los centros hospitalarios de Saltillo, ante el gran agotamiento que les provoca el tratar de seguir el paso de Jericó.
A dos años de asumir la alcaldía de Saltillo, habrá muchas cosas que reclamar y otras que reconocer. El Alcalde de la capital Coahuilense ha cumplido fervientemente con su promesa de ser gobernante de 24 horas durante los cuatro años que dure su administración, la segunda parte de la promesa está en veremos.
Jericó se ha llevado los aplausos por acciones de gobierno brillante de esas que cuestan poco, pero impactan mucho. Bien lo declaraba en su primer día de campaña “mi administración se caracterizará por la austeridad y sobre todo por la creatividad, para estirar el presupuesto que según las previsiones será menor”.
La promesa de las acciones creativas y austeras es una realidad. Algunas llaman la atención en particular.
La ruta recreativa. El alcalde, pensó, analizó, estudio, y realizó. Se arriesgo a cerrar la circulación vehicular de la principal avenida de la capital Coahuilense y regresar a la ciudadanía la posibilidad de realizar el caminar dominguero, tradición de antaño, de esta ciudad.
He de reconocer que en un principio, los coloquialmente conocidos “acarreados”, representaban la mayoría en el paseo dominical, pero con el paso del tiempo las familias y la comunidad deportista de la capital, se ha apropiado de este boulevard coahuilense.
Lo más interesante es que muchos de los hoy asistentes con anterioridad eran fervientes seguidores del sedentarismo dominguero. Recordemos, que económicamente es mucho más viable prevenir los problemas causados por la obesidad que tratar los inconvenientes causados por esta.
La calle cobra vida. En lo particular considero es una de las acciones más interesantes y creativas de Jericó, en el ambiente hotelero se llevaría las cinco estrellas por la calidad e innovación de esta acción de gobierno.
El Alcalde dio la orden de cerrar al flujo vehicular la calle de Victoria, la principal vialidad del centro de Saltillo. Invitó a los artistas locales: profesionales, amateurs y muchas veces improvisados a que se apropiaran de las banquetas de esta arteria, dándoles un lugar de fácil expresión de sus diferentes habilidades.
Con esta simple y económica acción, el Alcalde atacó “tres problemas de un solo tiro”. Brindó un lugar de expresión a la comunidad artística saltillense, ofreció cultura y recreación a la ciudadanía sin ningún costo y para rematar reactivó la economía del centro neurálgico del comercio saltillense.
La ya famosa ciclovía. Estas acciones de gobierno son comunes en las principales ciudades europeas así como estadounidenses y muy paulatinamente se han empezado realizar en algunas naciones de Latinoamérica. Saltillo tiene el grave problema de que es una ciudad que ha generado sus rutas de traslado bajo la exigencia del automóvil, por donde más pasan carros mas calles hacemos, y nunca se ha pensado en la elaboración de calles bajo la previsión de que por ahí pasara un carril exclusivo para bicicletas y mucho menos para el transporte público.
Jericó, se aventó “el tiro” y dijo ¿por qué no?, sus estadísticas demuestran que existe un buen número de ciudadanos que se trasportan diariamente en bicicleta, pero para todos los detractores de la ciclovía, sean conscientes que esta acción sí es para ellos, pero principalmente es para incentivar a aquellos que no la usan empiecen hacerlo. La efectividad de esta acción, sólo el tiempo la definirá.
Para reclamar y fuertemente esta el asunto del transporte público. Malo es poco para describir al sistema de trasporte de Saltillo. Jericó prometió: rediseñar las rutas, establecer un sistema de autobuses troncales para el centro de la ciudad, establecer y publicar horarios fijos y continuos durante los ocho días de la semana, un proceso de capacitación constante para los operadores y un horario de servicio de cinco de la mañana a 12 de la noche. Desgraciadamente nada de esto se ha podido cumplir.
Jericó se está enfrentado duramente contra los sindicatos “cumbieros” de la ciudad, en donde algunas mafias camioneras son propietarias de más del 80 por ciento de los camiones que transitan en la ciudad y las cuales no quieren deshacerse del control del pulpo camionero de la capital. Pienso que Jericó no sabía en el problema que se metía y que el hoy Director de Transporte, Héctor Gutiérrez, lo envolvió en una bola de farsas pintándole muy fácil el panorama de la modernización del transporte.
Confiemos en que en el poco o mucho tiempo que le quede al frente de la presidencia, Jericó, sea capaz de realizar los amarres y negociaciones necesarias para cumplir con esta promesa.
El asunto de la seguridad pública está en proceso: está purgando los cuerpos policiacos, contratando nuevos policías y adquiriendo equipo de primera generación.
De verdad cada día son más los policías que se caracterizan por el profesionalismo que por la corrupción. Creo que es aquí donde la tarea es más complicada, el alcalde debe tener mano dura en cuanto a la administración de los recursos que se destinan a la seguridad, recordando que la corrupción hoy en día esta por todos lados.
Muchas más son las acciones que destacar: consultorios dentales, plazas públicas, gimnasios urbanos, obras de infraestructura, reconocimientos a la juventud y a personas destacadas, éstas sólo son algunas de la infinidad de acciones que pudieran destacarse del Gobierno municipal.
La incertidumbre de la permanencia o no de Jericó al frente de la alcaldía será discusión de los siguientes meses. El trabajo habla por él y debo reconocer que Jericó ante las débiles finanzas, ha sabido ser un excelente administrador de la austeridad.
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